Las Constelaciones Familiares son una herramienta de transformación individual y colectiva;
hacen su aporte no sólo en el ámbito terapéutico personal sino también en muchos de los
conflictos que atraviesan los diferentes colectivos humanos, ya sea en el ámbito laboral,
organizacional, educacional, de salud, jurídico, entre otros.
Sea el ámbito que sea que estemos mirando- un problema en una escuela, un conflicto en un
área empresarial, un síntoma físico-lo hacemos en relación con, es decir, dentro de un
contexto y de un grupo más grande, ya sea nuestro sistema familiar de origen, nuestro sistema
actual, o el grupo de pertenencia con el que esté vinculada la problemática en cuestión. ¿Por
qué?
Desde esta mirada, un síntoma o conflicto no es puramente individual sino que está en
resonancia con un origen más profundo, es decir, lo que vemos en la superficie como el
problema es muchas veces la consecuencia de un desorden, un desequilibrio o una exclusión
cuyo origen permanece aún invisible.
Todos tenemos nuestro lugar dentro del sistema familiar, todos tenemos el mismo derecho a
pertenecer a él y existe un equilibrio entre dar y tomar, vinculado con el orden y la jerarquía
temporal dentro de este sistema. Estos principios básicos son los rieles por donde se
despliegan las diversas dinámicas, que emergen en los talleres grupales o sesiones
individuales.
Las Constelaciones Familiares nos ayudan a reconectarnos con esos hilos que nos unen con
nuestra historia familiar, haciendo visible lo invisible. Así, lo que creíamos era un conflicto se
transforma en la solución, desplegada inconscientemente, como modo de equilibrar y resolver
algo de lo acontecido en la historia de nuestro sistema familiar. Es así como somos parte de
una consciencia familiar más grande y nuestro destino personal está conectado con ella.
La libertad que nos da el ocupar nuestro lugar dentro del sistema y mirar lo propio, está
directamente vinculada con transformar la inocencia y el amor ciego por el amor consciente y
la responsabilidad sobre nuestra forma de actuar y vincularnos. Con respecto a esto, el creador
de la herramienta Bert Hellinger nos dice: “(…) Nuestra posibilidad y nuestros límites también
están marcados por nuestra familia; por su historia, sus éxitos y sus derrotas, su fortuna y sus
infortunios. Asimismo están trazados por los grupos grandes a los que pertenecemos: nuestro
pueblo, nuestra religión, nuestra raza, nuestro sexo. De todas esas circunstancias nace nuestro
destino. Pero de tal forma que aún nos corresponde algo particularmente propio, algo como
una vocación personal. Consta, también, que los destinos de otros miembros de nuestra familia
se convierten en nuestro propio destino, sobre todo los de aquellos que son rechazados por
nosotros o por otros integrantes que la rechazan, de los que a lo mejor sentimos vergüenza o
cuyo destino nos da miedo. Sin que seamos conscientes de ello, su destino revive en nosotros.”
Las imágenes de solución que se nos revelan a través de las Constelaciones Familiares nos
ubican en un lugar de mayor conciencia y responsabilidad a la hora de mirar y transformar lo
que nos sucede. Como toda herramienta, el efecto que estos movimientos tengan depende del
proceso que cada persona continúe luego en la vida cotidiana, cada cual a su propio tiempo,
ritmo y con sus propios recursos.
¿A quiénes va dirigido este trabajo?
A personas que tienen dificultades en sus relaciones familiares, que se manifiestan en
problemas emocionales, mentales o corporales.
A personas que tienen problemas de pareja, convivencia o separaciones conflictivas, casos de
adopción, abuso sexual, abortos.
A aquellos que padezcan enfermedades graves, que tengan cualquier tipo de adicción y/o
trastornos de la alimentación (bulimia, anorexia, obesidad).
A personas que hayan sufrido repetidas experiencias de infortunio (duelos, muertes trágicas,
suicidios, guerras) o deseen enfrentar hechos irremediables de su historia.
A personas que tienen problemas vinculados con inmigración /emigración.
A padres, educadores y psicólogos que tratan ayudar a los hijos con problemas de conducta,
aprendizaje y desarrollo personal.
A todos los profesionales de la Salud (Psicólogos, Psicoterapeutas, Médicos, Terapeutas
Corporales), Asistentes Sociales, Educadores, Maestros, Abogados.
A Consultoras de Empresas. Para problemas de liderazgo, lealtad, estructuración de
responsabilidades, cohesión en los equipos de trabajo.