Soy tu mamá y no te necesito
Amo a nuestra hija, con todo el amor que, hasta hoy, me atrevo a sentir. Y por eso mismo, no la necesito. No la necesito para que me de amor, para que me haga reír, para que me de un sentido o me mantenga al lado de su papá. No la necesito para sentirme orgullosa ni defraudada, para reconfortarme ni quejarme, para sentirme acompañada o abandonada.
Amo a nuestra hija y por eso mismo, me ocupo de mí.
La palabra culpa ha estado demasiado tiempo en nuestra historia, ocupando un lugar privilegiado junto a la palabra madre. Es hora de separarlas, o mejor dicho, de profundizar en lo que las mantiene unidas. ¿Qué emociones o sentimientos hay detrás de la culpa que much@s sentimos a la hora de criar o acompañar a l@s niñ@s? Cuando digo tengo culpa por… ¿qué siento en realidad?
He atravesado toda la paleta de emociones en estos pocos años que estamos juntas: enojo, miedo, vergüenza, amor, alegría, desasosiego, entumecimiento, vacíos existenciales…a veces todo junto al mismo tiempo.
Detrás de la culpa hay una marea tan profunda, una memoria ancestral tan antigua como la historia de la humanidad. Este pasado está creando nuestro presente y muchas veces nos enceguece, impidiendo que disfrutemos del vínculo en libertad. ¿Qué patrones habitan en las células de las mujeres y los hombres de nuestra familia? ¿Culpamos por cómo lo hicieron ell@s? ¿Nos comparamos sintiéndonos mejores o peores?
Te amo hija y por eso mismo, en este momento, me estoy ocupando de mí, así cuando me necesites, podés encontrarme.
En el momento en que necesitamos a nuestrxs hij@s, la fuerza de la vida se transforma en un peso, no sólo para ell@s, sino para tod@s en el entramado familiar. En el momento en que nos perdemos completamente en su atención, nada alcanza para nadie. Cuando para sentirnos vivos necesitamos de l@s niñ@s, apagamos su luz, los sacamos de su presente y los llevamos con nosotr@s a nuestro pasado, pidiéndoles que nos ayuden a sanar nuestras heridas. Esto, es mucho para ell@s.
Tal vez lo que necesitan es simplemente… que nos necesitemos a nosotr@s mism@s.