1 parte
Cuerpo individual y cuerpo colectivo
“El trauma se sana en relación” Thomas Hubl
Cuando surge una herida- cuando nos lastimamos el cuerpo, por ejemplo- se
desencadena una reacción biológica natural, que necesitará recursos materiales para
curarla, conocimientos específicos sobre el tema, ayuda profesional si es necesaria,
atención y tiempo para el proceso de sanación, entre otros recursos. Si aceptamos y
acompañamos este proceso, se formará una cicatriz que nos indicará que el cuerpo está
curado.
Por supuesto, la complejidad de este proceso depende de diversos factores tanto internos
como externos, como la profundidad de la herida, los recursos de la persona para
ocuparse de ella, el contexto en el que ocurrió, si se atendió en tiempo y forma, si esa
persona estaba sola o acompañada, si es su primera experiencia o ha tenido una vivencia
similar antes, qué memorias en su historia personal y familiar existe en relación al tema,
entre muchos otros.
Es decir, si ampliamos nuestra mirada sabremos que esa herida biológica no sólo afectará
nuestro cuerpo físico, sino que también podrá tener una consecuencia para nuestro
cuerpo emocional, mental y relacional. La intensidad y el alcance de esta experiencia
dependen tanto de factores externos como internos, que atraviesan tanto la subjetividad
individual como colectiva.
Abordarnos como seres multidimensionales es vital para que la integración tenga lugar y
este proceso es un arte. Si deseamos acelerarlo, corremos el riesgo de generar el efecto
contrario. Si en cambio, creemos que no necesita especial atención y lo descuidamos,
puede infectarse y agravarse, teniendo no sólo consecuencias individuales sino también
relacionales y contextuales. ¿Cómo encontrar el equilibrio que posibilite la integración?
“Como especie, los seres humanos no evolucionaron como criaturas solitarias, sino como
animales sociales cuya supervivencia dependía de poderosas conexiones emocionales con
la familia y la tribu. Las conexiones sociales y emocionales son una parte esencial de
nuestra composición neurológica y química. Esto lo sabemos todos por los grandes
cambios fisiológicos cotidianos que experimentamos en nuestros cuerpos según
interactuamos con otros (…). Cuando uno considera nuestra historia evolutiva y las
pruebas científicas de las que disponemos, es absurdo siquiera imaginar que la salud y la
enfermedad pudieran entenderse aisladas de nuestras redes psicoemocionales. “La
premisa básica es que, al igual que otros animales sociales, la homeostasis fisiológica de
los humanos y su estado de salud ulterior están influidos no solo por el entorno físico, sino
también por el ambiente social.
Desde esta perspectiva biopsicosocial, la biología, el funcionamiento psicológico y las
relaciones interpersonales y sociales del individuo trabajan juntos, influyéndose unos a
otros” Gabor Maté, Cuando el cuerpo dice No. La conexión entre el estrés y la enfermedad
Al igual que sucede en el cuerpo individual, ocurre en nuestro cuerpo colectivo. Desde la
mirada sistémica, podemos decir que como individuos formamos parte de múltiples
grupos, siendo el primero de ellos, nuestra familia. Conozcamos o no la historia de
nuestros ancestros, venimos de ella y pertenecemos a ella. Esta conciencia familiar es
independiente de nuestra conciencia personal y funciona con sus propias reglas más allá
de nuestras creencias, juicios o valores individuales.
CONTINUARÁ…..