2 Parte
“La conciencia personal se experimenta como un sentido a través del cual percibimos de inmediato lo que es necesario para que nosotros pertenezcamos a la familia o a un grupo. Es similar al sentido de equilibro: ni bien nos apartamos del equilibrio, tenemos una sensación de mareo. La sensación de mareo nos lleva a corregir nuestra postura de inmediato para que logremos nuevamente el equilibrio y quedemos estables. El efecto de la conciencia personal es similar. Ni bien una personase aparte de lo que es válido en su familia o en un grupo, es decir, cuando debe temer que por su actuar se juega su pertenencia, tiene una mala conciencia. Y como es tan desagradable, la mala conciencia lo lleva a modificar su conducta para volver a tener el permiso de pertenecer” Bert Hellinger Mi vida mi obra.
Cuando somos niños, necesitamos pertenecer para sobrevivir. No sabemos regularnos fisiológicamente (temperatura corporal, alimentación, control de esfínteres, movimiento autónomo, etc.) ni emocional o mentalmente. Nuestros primeros años de vida dependemos casi exclusivamente de los adultos que nos cuidan, a quienes no juzgamos si lo que hacen está bien o mal, si es o no lo adecuado o si lo podrían hacer mejor, sino que nos adaptamos instintiva y ciegamente a nuestra familia. El sentido de pertenencia nos permite sobrevivir en este contexto, por más adverso que sea.
“La conciencia colectiva o de linaje es una conciencia grupal. Porque cada uno está unido a una comunidad de destino con sus padres y su linaje. Con nuestros padres compartimos ese linaje, pertenecemos a ese linaje en el cual el padre y la madre están unidos. Un linaje se comporta como si se mantuviera unido por una fuerza que enlaza a todos sus miembros y por un sentido de orden y equilibrio que actúa sobre todos los miembros en la misma medida (…) Mientras que la conciencia personal es sentida por cada individuo y está al servicio de la pertenencia personal y la supervivencia personal de éste, la conciencia colectiva o de linaje tiene una mirada hacia la familia como un todo. Porque está muy relacionada con la comunidad de destino la conservación de a integridad del linaje, o sea de su completud”. Bert Hellinger Mi vida mi obra.
La filosofía hellingerina nos provoca diciéndonos: con el amor no alcanza. Aunque haya mucho amor en una familia o sistema, si ese amor no respeta ciertas leyes, funciones o regularidades, esa energía no puede circular, al igual que el río necesita a su cauce para llegar al mar.
Comentaremos brevemente acerca de estos órdenes. Uno de ellos es la jerarquía: los que llegan antes al sistema tienen prioridad en el tiempo sobre los posteriores, quienes dependen de los posteriores para su existencia. Los padres dan la vida y los hijos la toman. Esto parece muy sencillo, pero, ¿en cuántas ocasiones sentimos que tenemos que hacer algo para compensar lo que nos dieron? No podemos ni debemos, nos dice Hellinger. Es como querer subir el agua de una montaña hacia arriba, va en contra de la ley natural de la vida. Vinculado con este orden jerárquico, podemos decir que en un sistema hay un equilibrio entre lo que se da y lo que se toma, vinculada a dicha jerarquía. Dicho equilibrio depende de qué lugar y función ocupamos en ese intercambio: puede ser equitativo dentro de la pareja, por ejemplo, pero como madre no puedo pedirle a mi hija que me ayude a reparar el dolor por la pérdida de mi propia madre, como tampoco puedo salvar a mi padre de su pasado; cada vez que por amor y con las mejores intenciones lo intentamos, el sistema se desequilibra.
Otro orden es la vinculación: todos pertenecen al sistema familiar, es decir, que toda persona que haya permitido que la vida se despliegue o que haya influenciado en la historia familiar-de forma positiva o negativa sean consanguíneas o no- forma parte del sistema. Aquí el juicio sobre lo que está bien o mal pertenece a mi conciencia personal, pero no a la grupal: en esta dimensión, nadie ni nada puede ser excluido, todo es y forma parte.
Y por último, la integridad total, la cual hace posible esta interconexión trans-espacial y trans-temporal, expresando un tipo de causalidad no local de todos los miembros del sistema.
CONTINUARÁ…